lunes, 30 de octubre de 2017

REBECCA (película africana)





Trata de una pareja (Clifford y Rebecca) que celebra un matrimonio concertado por sus familias. Ninguno de los dos lo quería, pero obedecieron. De camino a casa de Clifford, el coche se queda sin gasolina y Rebecca y su nuevo marido se quedan parados en medio de la selva donde tienen la oportunidad de conversar y conocerse mejor el uno al otro, se enfrentan a la picadura de un insecto venenoso y hasta a un león.  Una historia que permite profundizar en el amor y, especialmente, en el amor en la pareja.
            Recorramos algunos momentos:

            Al principio de la película, parece que Rebecca no habla inglés, pero comienza a hacerlo cuando lo ve necesario. Clifford interpreta que Rebecca le había engañado, pero esta le contesta "yo no te dije que no hablaba inglés, tú lo decidiste". ¿Cuántas veces damos por supuesto o decidimos por los otros lo que pueden estar sintiendo o pensando? Nuestras suposiciones las elevamos a la categoría de verdad absoluta y actuamos y tratamos a los demás en función de ellas. Como Clifford que trataba a Rebecca como si no supiera inglés y no pudiera entender nada. Un elemento importante que añadir en esta reflexión es que las distintas culturas, formas de ver y enfocar la vida, influyen en la manera en la que uno se comporta por lo que si no conocemos la cultura o la forma de pensar de la persona con la que estoy tratando puedo malinterpretar la situación. Por ejemplo, Rebecca no es que no hablara porque estuviera enfadada o por timidez o por las mil razones que se le puedan ocurrir a cada uno; no, ella no hablaba porque no tenía nada importante que decir. En su cultura se hace así. Ante esa explicación, Clifford la desprecia, lo considera una tontería. ¿Pero es una tontería todo lo que no se hace, piensa o enfoca como lo hace uno?
           
Ante la posibilidad de que Rebecca no supiera inglés, Clifford le dice que lo tiene que aprender ella. Él no tiene ninguna intención de hacer esfuerzo en aprender la lengua de Rebecca. Obviamente, todavía no está presente el amor en él hacia Rebecca ya que cuando quieres a alguien te interesas por todo lo que tiene que ver con esa persona y te intentas acercar a ella.
           
Por otro lado, se puede observar como Clifford no ha elegido su camino por el mismo. Se casa porque lo dicen sus padres y reconoce que lleva la vida que viven los blancos. Parece que ha elegido dejarse llevar.

            En un momento de la película, a Clifford le pica un insecto venenoso lo que le debilita enormemente hasta el punto de creer morirse. Ello le lleva a encontrarse en una situación de debilidad y vulnerabilidad. Él que lo tiene todo y no necesita de nadie se ve ahora necesitado y esa es una experiencia que puede resultar desagradable. Puede despertar impotencia y enfado hacia la situación, hacia uno mismo, hacia la persona que te está ayudando... Es el encuentro con la debilidad de uno. ¡Qué difícil es aceptar los límites! ¡Y qué difícil es aceptar la ayuda! 
En esa aceptación es importante la humildad y la valoración de lo que uno sí que puede hacer a pesar de que hay otras cosas que no pueda hacer. Por ejemplo, el marido puede elegir actuar de forma borde o de forma cariñosa con Rebecca. Puede parecer que no es gran cosa, pero poneros en la situación de estar encerrados en algún sitio con alguien, ¿es poca cosa el pasar las horas de la forma más agradable posible? Al fin y al cabo, es tiempo de tu vida.

            Clifford vive una transformación personal profunda ya que el conocer a Rebecca revoluciona su escala de valores. Esa transformación es dolorosa, el veneno acumulado en toda una vida enfocada desde la superficialidad tiene que salir. La "tierra firme" sobre la que pisaba se desmorona y eso da miedo y uno se siente débil. Pero los terremotos pasan y las casas se reconstruyen. Sólo hay que mirar el material y el terreno sobre el que se va a reconstruir, es decir, los valores sobre los que se quiere apoyar uno en la vida.

Rebecca actúa desde el respeto y desde un amor hacia otro ser humano que está necesitado. Le cuida con paciencia y afecto, sin dejarse pisotear. Se entrega en el cuidado a esa persona por completo. Rebecca le enseña a su marido que es importante tener un sentido y propósito real en la vida y que éste se completa con el amor. Un amor que implica: paciencia, profundidad, respeto, comprensión, gratitud, gratuidad y perdón.

Al final, desde el amor, Rebecca toma una decisión: opta por su marido (al que comienza a amar). El amor es decisión también.


"Gracias Rebecca!
Siempre que quieras."